En el mensaje a la iglesia de Filadelfia, Jesús anima a los creyentes con una advertencia solemne: “He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona”. Este versículo nos invita a reflexionar sobre la fidelidad, la perseverancia y el enfoque en las promesas eternas. Jesús promete una corona como recompensa para aquellos que permanezcan fieles, pero advierte que esta corona puede ser tomada si descuidamos nuestra fe o permitimos que las distracciones nos desvíen. Este bosquejo explora el significado de este mensaje y cómo podemos aplicarlo en nuestras vidas para vivir con propósito y asegurar nuestra recompensa celestial.
I. La Promesa de Su Venida
Texto base: Apocalipsis 3:11; Juan 14:2-3
Explicación
Jesús comienza este mensaje diciendo: “He aquí, yo vengo pronto”. Esta declaración nos recuerda la inminencia y la certeza de Su regreso. A lo largo de las Escrituras, Jesús promete volver para llevar a los Suyos consigo (Juan 14:2-3). Aunque no sabemos el día ni la hora, esta promesa es una fuente de esperanza y motivación para los creyentes.
La venida de Cristo implica tanto recompensa para los fieles como juicio para los que no han creído. Para la iglesia de Filadelfia, este recordatorio era un llamado a perseverar en la fe y a vivir en santidad mientras esperaban Su regreso. De la misma manera, nosotros debemos vivir con un sentido de urgencia y propósito, sabiendo que Su venida está cerca.
Reflexión y Aplicación Práctica
¿Estamos viviendo con la expectativa de la venida de Cristo? Este pasaje nos desafía a mantenernos enfocados en las promesas de Dios y a no permitir que las preocupaciones temporales nos distraigan. Reflexionemos: ¿Cómo podemos vivir con mayor intencionalidad, sabiendo que Jesús podría regresar en cualquier momento?
II. Retén lo que tienes: Perseverancia en la Fe
Texto base: Hebreos 10:23; 2 Timoteo 4:7-8
Explicación
La exhortación “Retén lo que tienes” implica la necesidad de guardar y proteger lo que hemos recibido de Dios. Esto incluye nuestra fe, nuestra relación con Cristo, y las verdades del Evangelio. La palabra “retén” sugiere esfuerzo, vigilancia y compromiso continuo.
En Hebreos 10:23, se nos exhorta a mantener firme nuestra profesión de fe sin fluctuar, porque Dios es fiel para cumplir Sus promesas. Pablo, al final de su vida, declara en 2 Timoteo 4:7-8 que ha guardado la fe y que le espera la corona de justicia. Esto nos enseña que la perseverancia en la fe es esencial para recibir nuestra recompensa celestial.
Reflexión y Aplicación Práctica
¿Estamos reteniendo nuestra fe con firmeza? Este pasaje nos desafía a evaluar nuestra relación con Dios y a asegurarnos de que estamos creciendo espiritualmente. Reflexionemos: ¿Qué pasos podemos tomar para fortalecer nuestra fe y evitar que las pruebas o las distracciones nos desvíen?
III. La Advertencia: Que Ninguno Tome Tu Corona
Texto base: Apocalipsis 3:11; 1 Corintios 9:24-27
Explicación
Jesús advierte a la iglesia que deben retener lo que tienen para que nadie tome su corona. La corona, en este contexto, simboliza la recompensa eterna que Dios ha preparado para los fieles. Aunque la salvación es un regalo gratuito, las recompensas celestiales se otorgan en base a nuestra fidelidad y obediencia a Dios.
Pablo, en 1 Corintios 9:24-27, compara la vida cristiana con una carrera y exhorta a los creyentes a correr de tal manera que obtengan el premio. Esto implica disciplina, enfoque y un compromiso constante de vivir para agradar a Dios. La advertencia de Jesús sugiere que podemos perder nuestra recompensa si no perseveramos en la fe o si permitimos que otros (personas, tentaciones o circunstancias) nos desvíen del camino.
Reflexión y Aplicación Práctica
¿Estamos viviendo de manera que aseguramos nuestra recompensa eterna? Este pasaje nos llama a ser intencionales en nuestra vida espiritual, rechazando todo lo que pueda robarnos nuestra corona. Reflexionemos: ¿Qué cambios necesitamos hacer para proteger nuestra relación con Dios y vivir con un enfoque eterno?
IV. Los Obstáculos para Retener Nuestra Corona
Texto base: Mateo 13:18-23; 1 Juan 2:15-17
Explicación
A lo largo de la vida cristiana, enfrentamos muchos obstáculos que pueden amenazar nuestra fe y nuestra recompensa eterna. Jesús, en la parábola del sembrador, describe cómo los afanes del mundo, el engaño de las riquezas y la persecución pueden sofocar la Palabra de Dios en nuestras vidas (Mateo 13:18-23).
En 1 Juan 2:15-17, se nos advierte contra el amor al mundo y sus deseos, que son temporales y no provienen del Padre. Estos pasajes nos muestran que debemos estar atentos a las distracciones, las tentaciones y las influencias negativas que pueden desviar nuestro enfoque de Dios.
Reflexión y Aplicación Práctica
¿Reconocemos los obstáculos que enfrentamos en nuestra vida espiritual? Este pasaje nos desafía a identificar y eliminar cualquier cosa que compita con nuestra devoción a Dios. Reflexionemos: ¿Qué ajustes necesitamos hacer para asegurarnos de que estamos reteniendo lo que tenemos en Cristo?
V. La Recompensa de Retener Nuestra Corona
Texto base: Santiago 1:12; Apocalipsis 2:10
Explicación
Dios promete una recompensa eterna para aquellos que perseveran. En Santiago 1:12, se nos dice que el hombre que soporta la prueba recibirá la corona de vida que Dios ha prometido a los que le aman. Asimismo, en Apocalipsis 2:10, Jesús anima a los creyentes a ser fieles hasta la muerte para recibir la corona de vida.
Estas promesas nos recuerdan que nuestras luchas y esfuerzos no son en vano. Dios es fiel para recompensar a los que permanecen firmes en Su Palabra y Su voluntad. La corona simboliza no solo la vida eterna, sino también el honor y el gozo de estar en la presencia de Dios por toda la eternidad.
Reflexión y Aplicación Práctica
¿Estamos viviendo con la esperanza de la recompensa eterna? Este pasaje nos anima a mantenernos firmes, sabiendo que nuestras pruebas actuales no se comparan con la gloria que nos espera. Reflexionemos: ¿Cómo podemos vivir con una perspectiva eterna, recordando que nuestra verdadera recompensa está en el cielo?
VI. Cómo Retener lo que Tenemos
Texto base: Efesios 6:10-18; Colosenses 3:1-2
Explicación
Retener lo que tenemos requiere intencionalidad y dependencia de Dios. En Efesios 6:10-18, Pablo nos insta a vestirnos con toda la armadura de Dios para resistir las acechanzas del diablo. Esto incluye el cinturón de la verdad, la coraza de justicia, el escudo de la fe, el casco de la salvación, la espada del Espíritu y la oración constante.
Además, en Colosenses 3:1-2, se nos exhorta a poner nuestra mirada en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Esto implica vivir con un enfoque eterno, buscando primero el Reino de Dios y Su justicia.
Reflexión y Aplicación Práctica
¿Estamos equipándonos espiritualmente para retener lo que tenemos? Este pasaje nos llama a permanecer en oración, estudiar la Palabra de Dios y vivir con un propósito claro. Reflexionemos: ¿Qué pasos podemos tomar hoy para fortalecer nuestra vida espiritual y proteger nuestra relación con Dios?
Conclusión
La exhortación de Jesús a retener lo que tenemos para que nadie tome nuestra corona es un llamado a la fidelidad, la perseverancia y la vigilancia espiritual. Nos recuerda que nuestra relación con Dios es nuestro mayor tesoro y que debemos protegerla de las distracciones y las tentaciones del mundo.
Hoy, reflexionemos sobre nuestra vida espiritual. ¿Estamos viviendo con un enfoque eterno? ¿Estamos reteniendo lo que tenemos con firmeza y dedicación? Si hemos descuidado nuestra fe, este es el momento de arrepentirnos, renovar nuestro compromiso con Dios y vivir con la esperanza de Su venida.
Que cada uno de nosotros pueda decir al final de su vida: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe” (2 Timoteo 4:7). Al hacerlo, podemos estar seguros de que recibiremos la corona de vida que Dios ha prometido a los que le aman.
