Texto Base: Hechos 16:30-31
“Y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.”
La pregunta más importante que cualquier persona puede hacer es: “¿Qué debo hacer para ser salvo?” Esta no es solo una cuestión teológica, sino una pregunta que determina el destino eterno del alma.
En Hechos 16:30-31, un carcelero, después de haber presenciado el poder de Dios en un terremoto que abrió las puertas de la prisión, temblando de miedo, pregunta a Pablo y Silas qué debía hacer para recibir la salvación. La respuesta fue clara: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.”
Hoy en día, muchas personas aún tienen dudas sobre cómo recibir la salvación. Algunos creen que pueden ganarla por buenas obras, otros piensan que es solo para ciertos grupos de personas, y otros ni siquiera están seguros si necesitan ser salvos.
Este bosquejo explorará la respuesta bíblica a esta gran pregunta y cómo cada persona puede recibir la salvación en Cristo.
I. La Necesidad de la Salvación
A. La condición del ser humano sin Cristo
Desde la caída de Adán y Eva, toda la humanidad ha estado separada de Dios por el pecado.
- Romanos 3:23 – “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.”
- Romanos 6:23 – “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”
Sin Cristo, estamos espiritualmente muertos y condenados a una eternidad sin Dios.
B. No podemos salvarnos a nosotros mismos
Mucha gente cree que puede ganarse la salvación con buenas obras, pero la Biblia es clara:
- Efesios 2:8-9 – “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.”
La salvación no es el resultado de nuestros esfuerzos humanos, sino un regalo de Dios.
C. Reflexión y Aplicación Práctica
¿Reconoces tu necesidad de ser salvo? El primer paso hacia la salvación es entender que no podemos salvarnos por nosotros mismos y que necesitamos la gracia de Dios.
II. El Único Camino a la Salvación: Jesucristo
A. Jesús es el único mediador entre Dios y los hombres
En un mundo donde hay muchas religiones y filosofías, Jesús dejó en claro que Él es el único camino a la salvación.
- Juan 14:6 – “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”
- Hechos 4:12 – “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.”
No hay múltiples caminos a Dios. Solo a través de Jesús podemos ser reconciliados con el Padre.
B. Jesús pagó el precio por nuestra salvación
Jesús tomó sobre Sí el castigo que merecíamos y pagó el precio con Su sangre en la cruz.
- Isaías 53:5 – “Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.”
- 1 Pedro 3:18 – “Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios.”
La salvación no es algo que podamos comprar o ganar, es un regalo que Jesús ya pagó con Su sacrificio.
C. Reflexión y Aplicación Práctica
¿Has puesto tu fe en Jesús como el único camino a Dios? No hay otro Salvador. Si confiamos en Él, recibimos el regalo de la vida eterna.
III. ¿Cómo Recibir la Salvación?
A. Creer en Jesucristo
La Biblia nos dice que la salvación se recibe por fe en Jesús.
- Romanos 10:9 – “Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.”
- Juan 3:16 – “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”
Creer en Jesús no es solo un conocimiento intelectual, sino confiar en Él completamente para salvación.
B. Arrepentirse de los pecados
El arrepentimiento es un cambio de dirección, dejar atrás el pecado y volvernos a Dios.
- Hechos 3:19 – “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados.”
- 2 Corintios 7:10 – “Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación.”
C. Confesar a Jesús como Señor y Salvador
- Mateo 10:32 – “A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos.”
D. Reflexión y Aplicación Práctica
¿Has tomado el paso de creer en Jesús, arrepentirte y confesarlo como Señor? Si aún no lo has hecho, hoy es el día de salvación.
IV. Los Frutos de la Salvación
A. Una nueva vida en Cristo
Cuando somos salvos, somos transformados y comenzamos una nueva vida.
- 2 Corintios 5:17 – “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”
B. El Espíritu Santo nos da seguridad
- Romanos 8:16 – “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.”
C. Reflexión y Aplicación Práctica
¿Se ven en tu vida los frutos de la salvación? Ser salvo no es solo una oración, sino un cambio de vida que refleja la obra de Dios en nosotros.
Conclusión
La pregunta “¿Qué debo hacer para ser salvo?” es la más importante que una persona puede hacer, porque su respuesta determina nuestro destino eterno. No se trata solo de religión, sino de nuestra relación con Dios y dónde pasaremos la eternidad.
La Biblia es clara en que ningún esfuerzo humano puede salvarnos, porque todos hemos pecado y estamos separados de Dios (Romanos 3:23). Sin embargo, Dios, en Su infinito amor, envió a Su Hijo Jesucristo para pagar el precio de nuestra salvación. La única manera de ser salvos es creyendo en Jesús, arrepintiéndonos de nuestros pecados y entregándole nuestra vida.
Recibir la salvación no solo nos asegura la vida eterna, sino que también nos transforma aquí y ahora. Nos da una nueva identidad, propósito y esperanza. El Espíritu Santo nos sella y nos guía en este nuevo camino con Dios (Efesios 1:13).
Hoy, Dios nos extiende Su mano de gracia. ¿Aceptarás Su regalo de salvación? No postergues esta decisión, porque el día de la salvación es hoy (2 Corintios 6:2). Rinde tu vida a Cristo y experimenta el amor, el perdón y la paz que solo Él puede dar. ¡No hay decisión más importante que esta!
Para ser salvos, la Biblia nos dice que debemos:
- Reconocer nuestra necesidad de salvación.
- Creer que Jesús es el único camino a Dios.
- Arrepentirnos de nuestros pecados y rendir nuestra vida a Él.
- Confesar con nuestra boca que Jesús es nuestro Señor.
Dios nos ofrece este regalo hoy. No postergues esta decisión, porque el día de la salvación es ahora.
Oración Final
“Señor Jesús, reconozco que soy pecador y que no puedo salvarme por mí mismo. Creo que Tú moriste en la cruz y resucitaste para darme vida eterna. Hoy me arrepiento de mis pecados y te acepto como mi Señor y Salvador. Gracias por tu amor y por darme una nueva vida. Amén.”
